La historia comienza cuando el hobbit Bilbo Bolsón, tío de Frodo Bolsón, recibe la inesperada visita del mago Gandalf y de unos enanos, liderada por Thorin. Lo que buscaban era a un saqueador experto para que se les uniera al plan de ir a la montaña solitaria, derrotar al Smaug, el dragón y recuperar el reino y el tesoro que se encontraba bajo la Montaña. Gandalf fue el que les recomendó a Bilbo, y así se vió envuelto en la aventura.
En el camino hacia las Montañas Nubladas, la compañía se encontró con un grupo de res trolls, que gracias a la astucia de Gandalf, se pudieron librar de ellos, ya que les distrajo hasta que amaneció y se convirtieron en piedra.
En la guarida de los trolls, la compañía encontró unas espadas del antiguo reino élfico de Gondolin: Thorin cogió a Orcrist, la espada de Ecthelion, capitán de la ciudad, y Gandalf a Glamdring, la espada que pertenecía al rey Turgon, y le dio a Bilbo una daga (aunque él podía usarla como espada) a la que llamó Dardo. Poco después, llegaron a Rivendel, tierra gobernada por Elrond, quien les ayudó a descifrar el mapa del tesoro de Smaug y las inscripciones de runas que tenían las espadas.
En las Montañas Nubladas, una tormenta les obligó a resguardarse y fueron a parar a una caverna llena de trasgos, que les persiguieron, haciendo que Bilbo se perdiese. Tras encontrar un misterioso anillo, el hobbit llegó a la orilla de un lago subterráneo, donde vivía Gollum. Éste le desafió a un juego de acertijos y en el caso de que ganara, se comería a Bilbo, y si no, guiaría al hobbit hasta la salida. Tras perder, Gollum se negó a cumplir su promesa y fue en busca de su anillo para matar a Bilbo, pero éste había descubierto que la joya le volvía invisible cuando se la ponía y gracias a ello, logró escapar y reunirse con sus compañeros. De nuevo un grupo de trasgos y huargos les persiguieron, pero gracias a que las Águilas les rescataron, consiguieron huir.
Habiendo descendido ya de las montañas, la compañía llegó a la casa de Beorn, un hombre con la capacidad de convertirse en oso. Éste les presta armas y ponis para que pudieran llegar al Bosque Negro. Una vez allí, Gandalf tuvo que dejarlos por un tiempo. Dos veces son apresados los enanos, una por las arañas gigantes y otra por los Elfos del Bosque, pero Bilbo, que escapó haciéndose invisible con el anillo, logra rescatarles.
La compañía llegó por fin a Esgaroth, la Ciudad del Lago, desde donde se encaminaron hacia la Montaña Solitaria. Una vez allí, Bilbo logró entrar a la guarida de Smaug gracias al anillo y se llevó una copa. El dragón, creyendo que los hombres del lago fueron los ladrones de la copa, se dirigió a la ciudad dispuesto a destruirla, pero Bardo, príncipe de la Ciudad del Valle, logró matarle al clavarle una flecha en la única parte de su vientre que no estaba cubierta de piedras preciosas.
La muerte de Smaug provocó una batalla por la pertenencia del tesoro entre hombres, elfos y enanos, pero la llegada de un ejército de trasgos y huargos les hizo unirse contra ellos en la que se llamó la Batalla de los Cinco Ejércitos. Cuando la batalla parecía perdida, aparecieron las Águilas y Beorn, quien mató al jefe de los trasgos, Bolgo, haciendo que su ejército se dispersara y fuera destruido. A pesar de la victoria, Thorin y sus sobrinos Fili y Kili, murieron. Los distintos pueblos se repartieron el tesoro y Bilbo regresó a su casa con una pequeña parte y con el anillo